Coma

En la perspectiva de la biodescodificación, el estado de coma se interpreta como una interrupción extrema de la conexión con la vida y el entorno. Se vive como una desconexión total de uno mismo y de las personas cercanas, acompañada de un miedo profundo a exponer la vulnerabilidad o a enfrentar un daño.

Esta disociación puede surgir ante una situación que la persona no sabe resolver, una crisis de identidad o una percepción de que no hay salida posible.

El mensaje simbólico detrás del coma sería: detenerse por completo para protegerse de un conflicto irresoluble, renunciar a la palabra y a la acción para preservar la vida interior. Es un grito simbólico de silencio extremo ante una situación que se percibe como sin salida.

• Conflictos de separación, duelo o pérdida de un ser querido, que generan la sensación de que la vida se detiene para evitar más daño.
• Presión de responsabilidades familiares o laborales que hacen que la persona sienta que no puede cumplir con las expectativas, llevándola a retirarse internamente.
• Trauma o miedo intenso ante la posibilidad de perder el control, de ser herido o de fracasar, que bloquea la acción y la voz.
• Patrones transgeneracionales de silencio ante los conflictos, aprendizaje familiar de que no se debe expresar dolor o conflicto para mantener la armonía.