Grasa corporal

En la biodescodificación, la grasa corporal suele asociarse a un conflicto de protección y reserva ante una carencia percibida. El cuerpo busca un colchón físico y emocional para sentirse seguro ante pérdidas, cambios o juicios externos.

Esta respuesta aparece cuando la persona percibe que debe conservar recursos para no quedar vulnerable, y puede manifestarse como un peso adicional que funciona como recordatorio de límites y protección.

El mensaje simbólico es que el cuerpo está comunicando la necesidad de seguridad interior. La grasa se presenta como una barrera protectora frente a la vulnerabilidad y al miedo a perder lo que ya se tiene. Este síntoma invita a revisar qué significa la seguridad real: ¿depende del peso, de la imagen o de la relación con uno mismo?

¿Qué necesito soltar para abrazar mi valor desde dentro?

• Experiencias de carencia o inseguridad durante la infancia, que hacen que la persona asocie la seguridad con acumular recursos.
• Creneces de merecimiento y autoimagen: creer que no se merece placer, descanso o abundancia, lo que favorece la tendencia a guardar.
• Presión social y/o familiar para mantener cierta apariencia o rendimiento, que refuerza la respuesta de protección.
• Patrones transgeneracionales de privación, silencios emocionales o roles de cuidador que se repiten en las generaciones y se expresan como acumulación de grasa.