Neuralgia y distrofia muscular
Conflicto Biológico
La neuralgia y la distrofia muscular, desde la biodescodificación, se interpretan como un conflicto biológico ligado a la sensación de amenaza a la seguridad personal y a la capacidad de movimiento y acción. Este conflicto puede aparecer cuando la persona percibe que su libertad de moverse o expresar lo que siente está en riesgo por una relación, un cargo laboral, o una situación familiar. Emocionalmente, suele estar vinculado a un miedo profundo a perder el apoyo, a ser dañado o a no poder defenderse, lo que genera una respuesta de protección que se manifiesta en dolor y desgaste de los nervios y músculos involucrados.
Mensaje Simbólico
El cuerpo envía un mensaje simbólico de que hay una frontera emocional que no se puede cruzar y que la necesidad de cuidado y reconocimiento no está siendo atendida. La neuralgia simboliza un dolor que advierte sobre la necesidad de tomar distancia o pedir ayuda, mientras que la distrofia habla de la debilidad percibida cuando no se honra esa necesidad. En resumen, el símbolo es: no avanzar hasta que se respete tu propio límite.
Causa Psicoemocional
Entre las causas personales se contemplan:
- Sentimientos de vulnerabilidad ante una relación cercana, con miedo a la traición o al abandono.
- Necesidad de protegerse emocionalmente y no poder expresar dolor por temor a provocar conflicto.
- Cargas de responsabilidad excesivas que dejan al cuerpo sin espacio para moverse o defenderse.
Causas transgeneracionales:
- Patrones de sacrificio en los que generaciones anteriores aprendieron a no pedir ayuda o a ignorar sus propias necesidades.
- Creencias heredadas de que mostrar debilidad atrae daño o rechazo.
Factores situacionales:
- Conflictos de dependencia o control en el ámbito familiar o laboral.
- Duelo o pérdidas no resueltas que se acumulan en el cuerpo.
Camino de Sanación
- Reconoce el conflicto: nombra la situación que te preocupa y la emoción que la acompaña.
- Expresa límites: di en voz alta lo que necesitas o no estás dispuesto a aceptar.
- Ritual simbólico: escribe una carta al cuerpo y a la situación, luego entrégala a la lluvia o quémala en un lugar seguro.
- Ejercicio corporal suave: realiza estiramientos y movimientos lentos enfocados en la espalda, cuello y hombros, acompañado de una respiración profunda.
- Practica cuidado propio y afirmaciones: establece rutinas diarias de autocuidado y recuerda tu derecho a pedir ayuda cuando lo necesites.
