Oído

El conflicto biológico asociado al oído se centra en la necesidad profunda de ser escuchado y de validar lo que se siente o piensa. Sucede cuando hay interrupciones o desatención por parte de otros, cuando los límites propios no se reconocen o cuando se teme expresar una verdad que podría generar rechazo. En muchos casos, se vincula con el deseo de pertenecer, de ser reconocido y de evitar el dolor de la invisibilidad.

El oído simboliza la conexión entre el mundo exterior y la voz interior. El mensaje simbólico que el cuerpo transmite a través de un malestar auditivo es que hay una frontera entre lo que se escucha y lo que se prefiere no escuchar. Puede indicar que la persona está silenciando una necesidad propia o que siente que no merece ser oída. En otros casos, representa la llamada a abrirse a escuchar con compasión tanto a otros como a sí mismo.

• Experiencias de no ser escuchado en la infancia o en la pareja, que dejaron una huella emocional de necesidad de atención y presencia.
• Miedo a expresar una verdad que podría generar conflictos o rechazo, lo que hace que el silencio parezca una estrategia de protección.
• Patrones transgeneracionales de silencio o de menospreciar la propia voz, transmitidos entre generaciones.
• Incongruencia entre la necesidad de escuchar a los demás y la capacidad de escuchar la propia voz y límites.