Parásitos

Conflicto biológico asociado al fenómeno de invasión externa en el que el cuerpo percibe su espacio vital siendo penetrado sin permiso. Este conflicto se activa cuando la persona siente que no puede expulsar lo que invade y que la vulnerabilidad se amplifica ante la presencia de elementos que consumen recursos o afectación. En lo emocional, surge la sensación de pérdida de control y la necesidad de reforzar límites para proteger la integridad física y la rutina diaria.

Ejemplos de detonantes pueden incluir convivencia estrecha, entornos insalubres o la percepción de que algo ajeno se apodera de lo propio.

Mensaje simbólico central: necesito delimitar lo que es mío y recuperar territorio personal. La presencia de intrusos funciona como recordatorio de que hay límite entre lo propio y lo ajeno. Este símbolo invita a revisar qué hábitos, espacios o relaciones se han dejado invadir y a tomar decisiones para restablecer una frontera clara.

Posibles causas psicoemocionales

• Sentirse invadido por responsabilidades, personas o hábitos que consumen energía y límites.
• Experiencias de intrusión en la infancia que generan la creencia de que no hay espacio seguro para lo propio.
• Patrones familiares o transgeneracionales de escasez o defensa constante ante lo ajeno.