Vegetaciones nasofaríngeas

En la perspectiva de la biodescodificación, la región nasofaríngea se asocia con la expresión de la voz y la respiración. El conflicto biológico típico de las vegetaciones nasofaríngeas es la experiencia de no poder respirar la realidad o de estar bajo demandas externas que limitan la libertad para expresar lo que se siente. En la infancia puede manifestarse como un conflicto de separación o de protección excesiva, donde la persona percibe que su forma de pensar y de decir las cosas debe permanecer silenciada para mantener la seguridad del vínculo familiar. Según las aproximaciones de Christian Flèche, Enric Corbera y Louise Hay, el síntoma aparece como una defensa emocional que protege del dolor asociado al juicio o rechazo y se mantiene en el cuerpo como un bloqueo que modera la entrada de estímulos y la salida de la voz interior.

El mensaje simbólico es que la voz y la verdad de la persona necesitan salir al exterior, pero hay un obstáculo que impide que fluya. El cuerpo comunica, a través de la vegetación, la necesidad de respirar la autenticidad y encontrar un canal seguro para expresar lo que se siente sin miedo al juicio.

Las causas psicoemocionales posibles incluyen:

• Un conflicto de separación o independencia en la infancia, en el que el entorno protege demasiado y la expresión se ve coartada.
• Experiencias de crítica, rechazo o silenciado que generan miedo a expresar lo que se siente.
• Patrones transgeneracionales de callar ante conflictos, heredados en la dinámica familiar y repitiéndose en las generaciones posteriores.
• Un conflicto de protección excesiva que impide la libertad de ser uno mismo y de decir la propia verdad.